La barra de tareas de la 21H1

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1995. Microsoft presenta Windows 95, con la barra de tareas como una de sus principales características rompedoras, para hacer más productiva la experiencia ofreciendo botones que permitan cambiar de ventana mucho más rápido, junto con un menú inicio para abrir programas y documentos de una forma mucho más eficiente.

Barra de tareas de Windows 95.

2021. Mi gaming rig se actualiza a Windows 10 21H1, que introduce la sección Noticias e intereses, porque la tecnología hoy día no distrae lo suficiente de cara a completar las tareas del día a día.

Menú Noticias e intereses.

Borrando ramas locales de Git que ya no existen en remoto

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En la mayoría de mis repositorios Git, correr git branch suele suponer abrir un cubo de basura bien grande. Cuando una rama de Git desaparece en el remoto (por ejemplo, en GitHub cuando se borra desde la interfaz web automáticamente), luego te tienes que acordar en local de borrar también tu rama. De lo contrario, vas a acabar con ramas stale que son aquellas de las que se hizo git push para abrir PR y que quedan ahí.

Una forma de identificar estas ramas es hacer un git fetch --prune, manteniendo ese prune para que se ocupe de detectar qué ramas han desaparecido del remoto, seguido de git branch -vv | grep gone. En el modo verbose de branch, las ramas locales que hacen tracking de un remoto que ya no está se identifican porque aparece [gone] en su línea de terminal. Por lo que esta pipeline lista únicamente esas ramas locales que han desaparecido del repositorio remoto.

Cortando la primera columna (mejor con awk '{ print $1 }' aunque con cut también se pueda hacer), puedes listar únicamente los nombres de las ramas. Y si estás de acuerdo con la salida de git branch -vv | grep gone | awk '{ print $1 }', (y sólo si estás de acuerdo, porque ya sabes, no refunds), entonces puedes envolver todo en un git branch -D $(git branch -vv | grep gone | awk '{ print $1 }') para cargarte todas esas ramas de un plumazo.

Follow-up sobre el portapapeles de Vim

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Compartí por el Discord de mi comunidad de YouTube mi post del otro día en el que compartía un atajo para copiar y pegar de Vim al portapapeles. Aparentemente no a todo el mundo le funcionó a la primera.

Para poder utilizar compartir el portapapeles, Vim tiene que haber sido compilado con soporte para el mismo. Esto se puede saber ejecutando vim --version y comprobando que en la salida del comando aparece la opción +clipboard (tiene que ser un +, porque un -clipoboard precisamente avisa que no). Las versiones de Vim que trae Homebrew en macOS lo suelen tener. En otros UNIX y en GNU/Linux, es posible que haya que cambiar el paquete vim por vim-x11 o por una versión de Vim más completa.

Probando en mi instalación de FreeBSD con X11, funciona tanto para el portapapeles CLIPBOARD ("+) como para el portapapeles PRIMARY (el del botón central del ratón, "*).

eMule en 2021

Estuve jugando este fin de semana con eMule, como en los viejos tiempos. En líneas generales, abrir el programa parece lanzar una máquina del tiempo contra 2007, y es que todo sigue exactamente igual que hace una década (y pico). Cosa que tampoco es difícil, porque la última versión para descargar, la v0.50a, salió en abril de 2010.

Captura de pantalla de eMule
eMule 0.50a recién abierto

Mi crónica del proceso

Conectarlo a las redes fue complicado. Recordaba eMule como un software más plug and play. Instalar, pulsar Conectar y entrar a la red. Admisiblemente fue más dificil que en otros tiempos, imagino que porque la lista de servidores que se preinstala está anticuada. La sección Kad me sale en blanco.

Tras un poco de lectura de guías que no recuerdo si el Dani del pasado leería o no, me encuentro descargando un nodes.dat y un server.met que de repente llenan de vida ambas pestañas. O eso pienso yo. Aunque soy capaz de conectarme a un servidor eD2K, no consigo inicialmente entrar a la red Kad. De hecho, ninguna flecha se pone verde y el icono de la mula aparece con los ojos vendados. Creo recordar que eso quería decir que no está correctamente conectado. Supongo que el que mi proveedor de internet use CG-NAT y por lo tanto convierta abrir puertos a internet en todo un trámite burocrático que no sé si estoy dispuesto a hacer, tendrá que ver.

Buscador de eMule
No sé si es que ya no queda nadie compartiendo archivos, o si es que no tengo bien configurado el programa.

Salto a la sección Buscar y pienso en algo que buscar. Apple Music, Steam, Netflix y Prime Video han convertido la piratería en una cosa del pasado, así que no se me ocurre nada que tenga necesidad de obtener digitalmente. Que alguien busque una máquina del tiempo y se lo diga al Dani de otros tiempos: algún día no necesitarás nada de esto. Por poner algo, pongo «debian 10» en el buscador y le doy a Buscar. Obtengo pocos resultados pero aparecen un par de CDs. (También un par de archivos .torrent, curiosamente.)

En algún momento, mientras estoy haciendo todo esto, mi cliente se conecta finalmente a la red Kad. Doble flecha amarilla (que no verde). Aprovecho para buscar en la red Kad pero no encuentro resultados. Hago un par de búsquedas más. Encuentro bastantes CDs y DVDs de FreeBSD 13. En el momento de escribir esto, no hace ni dos meses que ha visto la luz, así que lo considero también un indicador de que al menos hay gente que hoy día sigue subiendo contenido actualizado. Lo trato de descargar también.

Y entonces es cuando empiezan los flashbacks intensos.

Sección de descargas de eMule
Hacía años que no veía esta pantalla.

Hacía años que no veía la pantalla de descargas. La recordaba más colorida, aunque también es cierto que por entonces tendría más uso que ahora, tanto por mi como por otros pares. La única descarga que parece avanzar es la de FreeBSD. La otra permanece en un azul claro simbolizando que dependo de una única fuente que no se digna a compartir conmigo.

Recuerdo que en otros tiempos, una vez que aparecían fuentes suficientes, uno se podía ir a las propiedades de cada descarga para ver como esos pares habían decidido llamar a los archivos que estaba descargando. Era una forma inteligente de prevenir sustos y de no perder el tiempo, porque si descargabas un archivo y al ver cómo lo llamaban los demás te encontrabas con otro, sabías que estabas descargando otra cosa que no fuese lo que habías buscado.

Ahora mismo, poco hay que consultar. Me vuelvo al buscador, busco más cosas. Encuentro PDFs para descargar (posiblemente de forma no muy legal) libros que han sido descatalogados de Amazon. Pongo a descargar un PDF, pero se mantiene de color rojo por minutos, indicando que no hay nadie que pueda compartir conmigo en este momento.

Pasa el rato y veo que mi descarga de FreeBSD continúa lentamente a ritmo de 100 kB/s. Como en los viejos tiempos, ponías a descargar algo por la noche y te ibas a dormir con la esperanza de tenerlo completo a la mañana siguiente. Excepto que hoy día, con una conexión de fibra de 500 MB/s, podría haber tenido este archivo descargado hace ya un buen rato si lo hubiese descargado desde el sitio web oficial.

Cancelo las descargas, cierro el software y lo desinstalo.

¿Y bien?

Es bonito ver que sigue habiendo gente todavía conectada a esta red, esforzándose por compartir contenido. Sin embargo, muchos de nosotros ya pasamos página, dado el abanico de posibilidades legales que tenemos hoy en día, sin estar dispuestos a volver atrás. A tiempos más simples, tal vez también más nostálgicos de otra época que no va a volver, pero también menos avanzados que lo que tenemos hoy en día.