El fin de mis streams grupales de pomodoro

El 28 de febrero de 2023 transmitiré mi último stream de cowork o pomodoro grupal en Twitch. En esta ocasión no es un parón temporal, es un parón definitivo. Seré la primera persona que echará de menos los lazos que se han formado en el chat de mi canal de Twitch, donde este tipo de streams se ha mantenido a modo de servicio público durante más de un año por la labor que hacía y por la comunidad de estudiantes y trabajadores remotos que se ha formado, pero creo que es necesario dejar de hacerlo por varias razones.

Antes que nada, para cualquier persona venida de fuera que se pregunte qué quiere decir todo esto de los streams de pomodoro, se viene una definición. Twitch es una plataforma que aunque está asociada al mundo de los videojuegos, en los últimos años se ha abierto mucho a cualquier tipo de contenido que caracterice por ser en directo, incluyendo cosas como los deportes, los podcasts y otro tipo de conversaciones o la programación.

Una de las comunidades más interesantes de Twitch es, sin duda, la etiqueta Pomodoro. Es exactamente lo que puede parecer. En vivo se transmite un reloj de pomodoro, y de algún modo la mayoría de espectadores se pone de acuerdo para sincronizarse con el mismo. A modo de salvapantallas, quien opera el canal activa su cámara para que el resto del mundo le vea trabajar y estudiar, y el chat participa trabajando y descansando de forma sincronizada y escuchando la música de ambiente tranquila que acompaña este tipo de transmisiones.

Durante los últimos 13 meses, aproveché por las mañanas mi canal de Twitch para emitir este tipo de contenido. La razón por la que empecé a hacer esto fue por pura necesidad. A principios de 2022 me mandaron a trabajar a casa en la oficina debido a un nuevo brote a nivel nacional de coronavirus. Para entonces, mi capacidad de trabajar de forma remota estaba severamente impactada por la fatiga de haber sufrido estrés en el trabajo en todos los meses anteriores, sin forma de concentrarme. Después de descubrir este tipo de contenido en Twitch, decidí iniciar el mío propio bajo la idea de que si transmitía durante varias horas una imagen en vivo de mi webcam, por lo menos me forzaría durante un tiempo a estar concentrado en el trabajo. Eventualmente, el brote se controló, pero yo continué manteniendo ese tipo de streams después de haber aprendido a trabajar mejor y más efectiva de forma remota debido a la nueva subcomunidad que se estaba formando en paralelo a la de mis streams de programación.

Tal como he empezado a anunciar esta semana, he decidido que el próximo día 28 será el último cowork que transmita por mi canal de Twitch. Aunque no descarto pregrabar de vez en cuando segmentos de pomodoro y subirlos a YouTube, dejará de haber emisiones en directo de ese tipo y a partir del 1 de marzo de 2023, mi canal de Twitch se centrará más en los streams de programación de las tardes, los cuales van a cambiar de horario igualmente para hacerlos antes, algo que también me está sentando bien debido a que acabar mis streams tan de noche me venía impidiendo descansar correctamente desde hace meses.


¿Por qué? Existen varias razones al respecto. Ninguna tiene que ver con cuestiones profesionales respecto al trabajo que hago, empleadores o clientes. Nadie me ha afeado nunca que haga este tipo de contenido, ni tampoco ahora mismo estoy teniendo problemas de ese tipo por transmitirlos y trabajar así.

Desde hace tiempo noto que el proceso de arranque cada mañana del stream es lento y que me supone perder entre 5 y 15 minutos configurando todas las aplicaciones necesarias para hacer funcionar el vivo, ajustar las opciones que la cámara olvida cada vez que se apaga el ordenador, montar la música… al cabo de un mes, se acumulan varias horas perdidas en montar una y otra vez los mismos programas y las mismas configuraciones. Si multiplicamos esas horas por lo que cuesta una hora de mi tiempo en la tarifa estandar que le aplico a nuevos clientes en este momento, el resumen es que al mes estoy perdiendo dinero cada día. Bastante, de hecho, podría estimarlo en unos 1000 euros al mes tranquilamente.

Al margen de eso, no solamente trabajo como desarrollador de software autónomo. También produzco cursos y le dedico una parte de la semana a avanzar mis proyectos en línea sobre cursos y a hacer investigación sobre temas. Es imposible de hacerlo si todo mi material de grabación está bloqueado por el propio stream de pomodoro, ya que no puedo usar ni el software de grabación, ni el micrófono, ni en ocasiones la cámara, lo cual está dificultando las cadenas de producción y es parte de la razón por la que algunos de mis proyectos en línea parece que se han estancado en los últimos meses, porque no tengo la posibilidad de rellenar horas muertas a lo largo de la semana.

Esto es especialmente problemático los días en los que, que por cuestiones de época baja, me he encontrado falto de trabajo externo pendiente para el día, y con una agenda vacía antes de la hora de comer. No tengo trabajo externo que facturar, pero tampoco puedo ponerme a avanzar la grabación de cursos porque tengo las herramientas de grabación ocupadas. Todo lo que puedo hacer es destinarlo a investigación sobre futuros temas y a adelantar tiempo escribiendo notas sobre temas futuros; o a formarme por mi cuenta para poder adquirir conocimiento que pueda explotar en el futuro, lo cual me hace sentir incómodo debido a que lo que estoy transmitiendo esencialmente es una webcam en la que se me ve durante varias horas haciendo scroll con el ratón en un navegador y anotando cosas, lo cual transmite una imagen que no es la que quiero enseñar y que creo que me puede hacer daño a título personal y profesional.

En sí la comunidad no es complicada de gestionar en la mayoría de ocasiones, pero hay excepciones. Antes decía que los streams de pomodoro funcionan bien cuando todo el chat está de acuerdo en seguir los ciclos de trabajo-descanso y conoce cómo funcionan las reglas, pero no siempre es así. En ocasiones (cada vez menos, sobre todo desde que abandoné la categoría de Just Chatting y empecé a parasitar la categoría de Software Development, pese a no ser un stream de programación como tal), recibo la visita de simpáticos amigos que vienen simplemente a calmar su aburrimiento de formas un poco raras con el chat. Aunque ya he aprendido a aplicar el protocolo, siguen siendo momentos tensos debido a que realmente juego en desventaja ante un troll que aparece en el chat en medio de un momento donde el stream debe transmitir focus y aparentar normalidad para el resto de personas. A la larga este tipo de vigilancia continua acaba cansándome.

Finalmente está la cuestión de cómo a nivel personal me afecta el tener la cámara puesta todo el día y el estar emitiendo 9 horas de contenido como éste. A nivel físico, no poder tener la flexibilidad de realmente descansar y levantarme durante los descansos debido a que hay que generar interacciones con la gente del chat durante el descanso está acabando conmigo. Sí, podría simplemente levantarme y poner vídeos en bucle durante el descanso, pero después de varias pruebas, no es por eso por lo que viene la gente.

No poder despejar la cabeza durante un rato cuando estoy bloqueado en el trabajo porque hay que pulsar botones en el centro de emisión después de cada sesión me agota y me estresa. Y, lo más importante, me está empezando a costar saber cuándo estoy en vivo y cuándo no, debido a que al durar este tipo de streams todo el día, empiezo a tener problemas para cambiar el chip a modo stream en las primeras horas del día, y a salir del modo stream después de cerrar. Ciertos patrones como tener que comprobar varias veces los LEDs de los micrófonos y las cámaras porque no me termino de fiar de si realmente están activas o no son una pista de que igual algo no estoy haciendo bien.


En definitiva, me he visto obligado a poner punto y final porque he empezado a encontrarlos poco sanos y poco buenos para mí, y eso significa que estoy fallándole a la razón por la cual los empecé en primer lugar: para servirme de ayuda.

Durante este año, este tipo de streams han servido de refugio y de lugar de encuentro para mucha gente, y me alegra haber podido mantener este servicio público tanto tiempo en marcha por su utilidad, pero también es importante recordar que dentro de todas las personas a las que debe ayudar, también estoy yo.